En el diario el Telégrafo en su artículo de la edición impresa del miércoles 04 de enero del 2012 el economista René Ramírez autoridad principal del SENESCYT menciona; “Los estudiantes que no se inscribieron en el plan piloto pueden optar por incorporarse al proceso nacional o pueden solicitar un crédito al Instituto Ecuatoriano de Créditos y Becas (IECE) para acceder a un centro universitario privado”.
Con la nueva ley de educación superior, se implementó el Sistema de Admisión Nacional en el que los estudiantes tendrán que participar si tuvieran el deseo de continuar estudiando en una universidad pública.
En diciembre del 2011 se dieron las inscripciones para las pruebas que serán el 18 de febrero del presente año, para ello se han inscrito 57.292 bachilleres. Entre las universidades con más demanda está la Universidad de Guayaquil en la que se han inscrito 42.272 pero en la que solo existe cupo para 17.800 por lo que sólo en el caso de esta universidad 24.472 secundarios no serán aceptados.
Esperamos los resultados que se reflejan en el sistema a partir de las próximas pruebas, ya que es la primera vez que se aplica está metodología en el Ecuador, y con esto se podrá evidenciar la demanda de la educación pública en el país. El seleccionar estudiantes en base a criterios no muy claros no es la solución de fondo, sino más bien se debería incrementar universidades públicas en el Ecuador, ya que es muy claro que la prueba se da por que la capacidad de las universidades no es lo suficiente y se tienen que buscar una forma de filtro para poder seleccionar quienes entran y quienes no, convirtiéndose en un concurso por lograr un cupo, y eliminando el verdadero sentido del derecho a la educación. A lo que manifestamos que una de las principales banderas de luchas de nuestra federación ha sido siempre por el libre ingreso a la educación superior, por lo que nos mantendremos en defensa de este derecho.
Si la oferta de la educación fuese igual a la demanda de los estudiantes bachilleres no sería necesario realizar este tipo de pruebas ya que todos tendríamos la oportunidad de acceder a la Educación Superior.
Es de conocimiento público que en facultades como la de Medicina de la Universidad Estatal de Guayaquil existían 70 u 80 estudiantes por aula en los primeros semestres, por lo que muchos tenían que recibir de pie sus clases. Pero esto no ha sido por gusto de los estudiantes, sino por la falta de oportunidades en el país para poder estudiar, y ante una situación complicada hemos tenido que resistir. Lo que pretenden es reducir el número de estudiantes por aulas, lo que sería beneficioso pero siempre y cuando aumenten más infraestructura y personal docente en dichas instituciones, no es sencillo disminuir estudiantes y dejarlos sin derecho a educarse.
Nos preguntamos, ¿Qué pasará con los estudiantes que no pueden ingresar a la universidad pública?, muchos de ellos tal vez tengan que recurrir a una universidad privada, si cuenta con el dinero suficiente, y el resto tendrá que insertarse en el campo laboral sin haber podido estudiar.
El verdadero sentido del derecho a la educación, se entiende por dar oportunidades a todos los estudiantes del ingreso a la universidad pública, y en una sociedad tan inequitativa es injusto que una prueba defina el destino de un estudiante secundario. El criterio de la meritocracia no tiene una lógica coherente, al pretender dar cupo por “meritos”, que una vez más evidencia las falencias del sistema de educación básica.
La solución es fortalecer e incrementar la oferta en la educación pública, y con planificación debida ir generando una masa estudiantil preparada para la inserción a la universidad, que busque un verdadero desarrollo científico y tecnológico.
Enero 2012
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