"Los hombres indiferentes a la desventura de la Nación,
aunque sean privadamente laboriosos, son los auxiliares inconscientes de las
desgracias y corrupción de los pueblos" (Mensaje a la Nación 1895)
José Eloy Alfaro Delgado
nacido en Montecristi el 25 de
junio de 1842 fue el líder de la
revolución liberal ecuatoriana (1895 - 1924).
Alfaro inició su
lucha contra los conservadores católicos desde los años 60 del siglo XIX.
Alfaro se había
convertido en uno de los grandes opositores del presidente Gabriel García
Moreno y de su línea conservadora que siguió en el poder incluso después de su
muerte.
Eloy Alfaro apoyado por la burguesía y los montoneros
llegó al poder el 5 de junio de 1895, derroca en Guayaquil al
presidente interino Vicente Lucio Salazar y se nombra Jefe Supremo, con lo cual
da inicio a la Revolución liberal. El 17 de enero de 1897 es nombrado
Presidente Constitucional hasta el 1 de septiembre de 1901, con lo cual entre
sus principales logros estuvo la separación entre iglesia y Estado.
Se opuso contra el gobierno de Lizardo Garcíael 1 de enero
de 1906 y a pocos días, el 17 de enero, se proclama Jefe Supremo y gobernó
hasta el 12 de agosto de 1911. En el segundo período de gobierno de Alfaro se
realizaron varios cambios, entre los cuales consta la legalización del
divorcio, la construcción de numerosas escuelas públicas, se instauró la
libertad de expresión, se instituyó el laicismo derecho a la educación
gratuita, así como el matrimonio civil. Sin embargo, se considera como el mayor
logro de este período el haber finalizado la construcción del Ferrocarril
Transandino que unió las ciudades de Guayaquil y Quito y que beneficiaria el
comercio en el país y uniría dos culturas muy diferentes.
La creación de
colegios públicos y de colegios privados para la formación de profesores
laicos, fue una de las principales tareas de Eloy Alfaro. Una de las medidas de
la Revolución liberal que se mantuvo durante décadas fue la obligación de los
estudiantes de los colegios católicos de rendir sus exámenes y validar sus
conocimientos ante los maestros laicos del Estado.
Se considera que su legado más importante fue la defensa de
los valores democráticos, la unidad nacional y la integridad territorial del
Ecuador, del laicismo y la modernización de la sociedad ecuatoriana, por medio
de nuevas ideas, de la educación y de sistemas de transporte y comunicación.
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